domingo, 27 de septiembre de 2015

El otoño (o cómo la escuela fabrica la tontuna)



El otoño

El otoño es una estación del año que empieza el 21 de septiembre y acaba el 21 de diciembre. El otoño se caracteriza porque no hace ni mucho frío ni mucho calor, y a mí me gusta  porque está en el término medio. En verano hace demasiado calor y se suda bastante, pero en invierno también se suda mucho porque como hace frío nos ponemos un jersey gordo y encima del jersey gordo, un abrigo, así que al final también se suda. A mí no me gusta sudar, la verdad, me da un poco de asco.

Otra cosa que pasa en otoño es que a los árboles se les caen las hojas y en consecuencia dejan el suelo de las calles y de las plazas como cubiertos de una alfombra en tonos amarillos. Esta capa de hojas puede ser peligrosa y provocar caídas debido a la humedad. Para quitar esas hojas, mandan a unos señores del ayuntamiento  con una máquina que es como una mochila puesta  en la espalda con un aspirador pero que en vez de aspirar, echa aire. Con el aire empujan todas las hojas en un montón y luego las tiran a la basura. Y éste es un trabajo que se hace solamente por la mañana, muy pronto, antes de que la gente vaya a trabajar.

Que se caigan las hojas no es ni bueno ni malo; es algo que tiene que pasar porque lo marca el ciclo de la naturaleza, aunque también hay árboles a los que no se les caen, como por ejemplo a los pinos y se llaman árboles de hoja perenne.

En otoño hay muchos frutos de color marrón como avellanas, nueces o castañas que antes han sido frutos verdes y antes de ser verdes han sido flores, pero cuando llega el otoño se ponen marrones. Esto no es ni bueno ni malo, es así porque en otoño tiene que ser todo muy de color marrón.

También se me ha olvidado decir que las castañas pueden ser pilongas o no pilongas. Ser pilonga no es ni mejor ni peor, es ser distinto y eso no es malo. Todos somos distintos. Las personas podemos ser blancas, negras, amarillas como los chinos o marrones como el otoño. Lo importante es que todos seamos solidarios y tolerantes y no marginemos a los otros por cómo son.

El otoño es la época en la que algunos pájaros empiezan a emigrar a África huyendo del frío. Yo esto no lo veo ni bien ni mal. Cada uno que haga lo que quiera siempre y cuando no moleste a los demás, es decir, que la libertad de uno acaba donde empieza la del otro.

Los días son más cortos en otoño que en verano porque a la tierra por un hemisferio le llega menos luz del sol. Esto pasa porque la tierra gira alrededor del sol en una elipse y en otoño el sol da más por el lado de abajo y calienta a los de Australia, pero luego pasa al revés, que nos da más el sol por nuestro lado y a ellos les toca el otoño, las hojas secas, las nueces y las castañas, es decir que nos repartimos “el marrón”. Esto es bastante justo, porque lo que no puede ser es que a unos les toque siempre lo bueno: el veranito, la piscina y los bikinis de colores y otros carguemos con las peores estaciones. Las personas debemos compartir lo que tenemos, pero compartir de verdad, no dar lo que nos sobra, porque eso no es compartir, eso es dar limosna.

En conclusión, el otoño es una estación fundamentalmente con sus cosas buenas y con sus cosas malas y a algunas personas les gusta y a otras no. Esto no es ni bueno ni malo porque para gustos se hicieron los colores, aunque si tengo que dar mi opinión sobre el otoño diría que a nivel general está bien.

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